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La intención es, a partir de enero de 2018, centralizar en los departamentos de salud la dispensación de medicamentos tanto de residencias públicas como privadas, dejando solo a las oficinas de farmacia para casos concretos.
Las bases de esta nueva fórmula, presentada este martes por la consellera del departamento, Carmen Montón, contempla que todos los residentes, unas 27.300 personas, tengan un tratamiento individualizado que se facilitará a las residencias desde los hospitales en dosis semanales.
El papel que ocuparán las farmacias en este modelo es el dispensar medicamentos que se encuentren fuera de la Guía Farmacoterapéutica o la preparación y dispensación de fórmulas magistrales.
También se dispondrá de una atención y seguimiento individualizado por parte de la farmacia hospitalaria para aumentar la seguridad de los medicamentos tomados. Para ello, se crearán 65 nuevos puestos de trabajo de farmacia hospitalaria que se repartirán entre los diferentes departamentos que revisarán los medicamentos prescritos por los médicos de las residencias.
«La intención es que todos los residentes, independientemente del centro en el que se encuentren, reciban la misma atención«.